Compañera
Hemos bailado con el miedo, hemos roto los vasos y aunque compramos, siempre terminamos con tazas de té que le ponen ese al final al día. Tenemos una vajilla de cinco platos y un montón de copas de cristal del nítido que nos deja ver a través del líquido. Y te diría que he aprendido a hacer decopague con los vasos, que me lo enseñó la sacerdotisa que le cantaba a Atena.
Pero se acerca mi cumpleaños y esto me pone melancólica y feliz al mismo tiempo. Este año habrá fiesta, aunque lo único que quiero es estar contigo y con Alex. Cada año me sobra más la gente, el ruido y el barullo, solo deseo que las únicas luces de la tarta sean tus ojos al mirarme. Celebremos la vida y la muerte y sentémonos a ver como arden las Troyas ajenas y como nos reconstruimos entre el humo del incienso y copas de Gintonic. Quedémos con el pasado y sentémonos a cenar con los adyacentes. Respira en el hoja en blanco y pongamos la coma para tomar una pausa de tantos lazos especiales que se enmudencen porque sé que sabes, que sabemos que eres mi compañera.
Sujetando el peplo de Atenea, reviviendo una procesión que querían hacernos olvidar, no encuentro a nadie más al lado que no seas tú, mi compañera. Te diría que somos un lindo equipo, una casita de muñecas pintada de azul y rosa, y ojalá que eso le sirva a los demás, pero no hay amaneceres in tí. Que eres la que me llama cuando el extraño me asalta por la espada en el cajero y me dices "te sentí ¿todo bien, muñeca?" Te cuento que eres el mapa de mi Londres y las arterias de la serpiente del Támesis, de ahora y de siempre. Eres la que sostiene la antorcha de la memora y me hace mirar alto.
Eres también el papel en blanco que le quitó el dereecho a narrar a la cuentacuentos descafeinada, eres el abrazo que sabe a casa y que nunca me falta, para hacerme recordar, que aunque soy una entera, la vida es más real contigo. Sé mi pluma y mi tinta, para que las olas se rompan en la costa y podamos ver el faro titilando a lo lejos. Un dibujo en la chimenea de tu cuarto y los voúmenes de Shakespeare que copiaste para no perder la cabeza. El marfil del piano que me meces cuando la mente no se calle y no puedo dormir.
Podía decirte que eres mi mujer, mi mejor amiga y me amantes pero no esto son definiciones para gente de a pie, y es por eso que cuando miro al lado tú eres los únicos ojos que quiero ver son los de mi compañera.
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Siéntate y háblame. Si quieres puedo prepararte un café o un té. Nos podemos perder en sus líneas.