Otra para tu piel y tus ojos

¿Qué escribirte? ¿Qué decirte? si la poesía más elevada, más cercana a los Dioses, se transforma en burdas palabras cuando estás a mi lado. Si pudiera encerrar la perfección de tus ojos y los míos mirándose, créeme que lo haría. Que no hay flores tampoco que pueda regalarte. Que bien, que hay flores bonitas, que quizás intente llenarte, igual que tú intentas llenarme de canciones que son meros puzzles e intentos de expresar lo que veo a través de tu rostro mientras me miras en mitad de la noche. Que reconozco en ti a la maestra, a la amiga, a la compañera, al guerrero que fuiste, a la sacerdotisa, a la madre... y siempre eres tú, siempre juntas, roja y negra o de todos los colores, o de ninguno, o de solo uno, el mío, las dos del mismo.

Si supieras que amo tanto como odio tu piel; la amo por ser tu piel y la odio por separarme de tu alma y no poder salir volando por tu ventana contigo. Y la amo cada vez que paseo por ella, pensando lo que encierra y haciéndome preguntarme cuánto tiempo te habré tocado con distintos tactos y siempre sintiendo que es el mismo. La amo como amo lo que veo en cada cruce de miradas, entre la gente. Y me río, pues a veces parece que también observo los pensamientos ajenos, como nadie más te mira como yo te miro y pienso "pobres mortales". Que está feo decirlo en público, pero finjamos que no hay público, ni escenario, ni mundo, ni circunstancias, y encerremos este instante en algo eterno.

Y ya me has vuelto a desconcentrar, así que te quedaste sin final.

Bueno, vale, volvieron las musas. Será que el peque me ha cerrado la puerta para estar sola con mis palabras, será que me encanta escribir como si supiera que nunca vas a leerme. Que vergüenza, si hasta podría ruborizarme al pensar que soy una maldita escritora mediocre, que con sus suspiros hechos verbos y adjetivos no toca ni un solo pelo de tu piel. Un intento de todo y poco de nada. ¿Qué más contarte? te hablaría de mi sueño, de la maldición de pasar horas en vela. Te diré que nunca me he hecho la dormida entre tus brazos, que solo me dejé caer y quise descansar en tí, rendida, como ya sabes, con una sola respiración como bandera blanca.

Pues eso, compañera, se nos jodieron los planes, ya ves. ¿Qué haremos con este presente que se nos ha dado? supongo que vivirlo y aprender a ser felices en cada instante, le pese a quien le pese. La bendición de tu risa no se paga con nada, o por lo menos se paga al precio más alto y por eso me da igual que me pidan la vida misma. Que me odien en estéreo o en Alta Definición ¿qué le vamos a hacer? si quien no me quiera por ser feliz que se marche de mi vida.

Por eso hoy y cada día, no te pongo un punto final, sino puntos suspensivos, me apoyo sobre ellos y camino contigo, coma a coma, palabra por palabra, para dibujarlas con mi boca en el lugar más cercano a tu cuello, donde quiero que nazcan y mueran todas. Ya ves, te quiero.

PD: Apollo, va por tí. Gracias.

Comentarios

  1. No eres tu la única que le da las gracias a Apollo, a Hekate, a Atenea y a medio Olimpo más por lo que ha recuperado :)

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  2. Madre mía, que bonito! Ya no sólo tus palabras, sino lo que hace que las escribas. Me alegro mucho por vosotras ^^

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