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Mostrando entradas de febrero, 2009

Nueva

Aviso, aquí va una entrada personal, no todo va a ser literatura, que para eso este es mi blog, leches! A todos los que leéis y no comentáis, vosotros os lo habéis buscado xD. De hecho tengo una sensación de intimidad porque me parece que nadie lee nada. Comentad, cobardes!!!! Ufff ¡menuda semana! la verdad es que esta siendo intensa y todavía es jueves. Si es que no me gusta la rutina y el Universo es lo que me da. La verdad es el lunes tuve un día un poco triste. Estuve a punto de enviar una carta de adiós a una persona que debe alejarse de mi vida. Sí, soy así de romántica, aún utilizo sellos (debo ser la única persona en el mundo). En realidad tengo mucho que agradecerle, obviamente no por dejarme meses y meses vagando por mi casa en pijama y batín como un zombie, pero sí quizás por hacerme daño. Es difícil perdonar a alguien que te hace sufrir, y eso lo sabemos todos. Pero más difícil es perdonarse a uno mismo. De hecho pensé que ya le había perdonado, y a mí también, pero mira po

Cuentos de una exstencia.

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Bueno, aquí una de mis novelitas puzzle, de historias entrecruzadas. Este capítulo está especialmente dedicado a Firea y a Alfredo, que aunque no me dejan comentarios (Firea porque ya me los deja en la Hermandad del Bosque y Alfredo porque es un negado para usar el blogger este xD) son una de mis motivaciones. Alfredo, gracias por animarme aún y cuando ya no tengo fuerzas para ponerme delante del papel en blanco. Gracias por hacerme la pelota cuando peor pienso que escribo. Pensé que "desorden" te gustaría, así que espero que disfrutes. Espero que encuentres el momento de leerlo y aquellas cosas que te lo impiden desaparezcan. Me gusta ser una de tus revistas favoritas. 3- Desorden. Otra vez había estado en casa recogiendo sus libros. Pero había sido muy cuidadosa, saliendo antes de que yo llegara del trabajo. Siempre evitándome. Maldito turno de noche, no tenía ni ganas de enfadarme con ella. Me llevé las manos a la cara. Definitivamente necesitaba afeitarme. Eran las diez d

Cuentos de una exstencia.

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2. Miradas. Unos dedos ansiosos se enredaban en mi pelo, mientras yo sentía su aliento en mi nuca. Sus brazos me abarcaron y mi espalda quedó piel con piel sobre su pecho. Su abrazo era como las olas del mar mereciéndome al compás de su respiración. Quise darme la vuelta y me quedé frente a él, rozando cada centímetro de su rostro con las yemas de mis dedos. Era la sensación más agradable del mundo, su piel en mis manos. -¿Acaso necesitas algo más? ¿No es éste pequeño momento el más feliz de tu vida?- Preguntó mi compañero mirándome a los ojos. -Casi.- Contesté. -¿Dónde quieres ir?- Me susurró al oído. Medité unos segundos la respuesta, pero no pude hablar, ya que él me liberó de las sábanas que nos cubrían de pies a cabeza y la intensidad de la luz me cegó de repente. Ya no era de noche. Por lo menos no todavía. Me incorporé y mis ojos se perdieron en la inmensidad del mar que se extendía ante nosotros. El sol se bañaba en él, casi a punto de bucear en el horizonte. Un sol cálido y bo

Cuentos de una exstencia.

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1. Hoy Mirando distraída al infinito, al cristal ahumado del vagón de metro, mis ojos parecen dos caminos hacia mi esencia. El mundo se tambalea cuando el vagón, atestado de gente, sumida en sus propios pensamientos, se detiene. Los diminutos auriculares susurran infinidad de canciones, se entremezclan como si me encontrara en una colmena de abejas, ocupadas con sus quehaceres, algunas enfurecidas, otras serias, pensativas, mirando al infinito del cristal ahumado, navegando en su propia esencia. Se produce un intercambio en el tren, un gran número de personas salen apresuradas y otras entran, empujando a las primeras. Mis ojos me devuelven lo que fui, lo que nunca he sido y lo que amé. Lo que no comprendí y lo que nunca asimilé. Las vidas que nunca daría a luz y los personajes a los que nunca daría voz ni palabra. La pluma de mi bolsillo estaba desgastada, obstruida por la tinta, pero la limpiaría pronto, al llegar a casa. Había sido un día duro, perdida entre palabras, gramática, escu

El Todo de la Nada

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Capítulo I: lluvia y luz escasa. “I believe in karma, what you give is what you get returned..." Sonaban una y otra vez en mi cabeza las letras de aquél estúpido estribillo. Llevaba días mirando a través del empañado cristal, con el cual me divertía sobremanera imprimiéndole mi vaho, mi aliento, tan solo para sentirme viva, como si mi alma estuviera contenida dentro del calor que expiraba de mis labios. La lluvia, por el lado contrario, creaba a su antojo divertidos caminos caídos del cielo en aquella ventana. No paraba de llover. La música de la lluvia se transformaba en crescendo con un fiero rugido que el viento traía. Mi autora me tenía deprimida mucho tiempo junto a la ventana. Llevaba muchos días mirándome a través de la tinta de su pluma, con ojos somnolientos y tristes, dando vueltas sobre lo gris de la lluvia, los días monótonos en que solo podía hablarme de nada en realidad, de lo despacio que pasaban sus días, de las ganas d