Hoy una vela para ti y para Ella... no quiero palabras, ya te he dado tantas, no quiero darte compasión y pena, pues tú no vales ese tipo de cosas. Solo dos palabras: Te amo. Y una vela, aquella con la que abrí éste blog.
Hemos bailado con el miedo, hemos roto los vasos y aunque compramos, siempre terminamos con tazas de té que le ponen ese al final al día. Tenemos una vajilla de cinco platos y un montón de copas de cristal del nítido que nos deja ver a través del líquido. Y te diría que he aprendido a hacer decopague con los vasos, que me lo enseñó la sacerdotisa que le cantaba a Atena. Pero se acerca mi cumpleaños y esto me pone melancólica y feliz al mismo tiempo. Este año habrá fiesta, aunque lo único que quiero es estar contigo y con Alex. Cada año me sobra más la gente, el ruido y el barullo, solo deseo que las únicas luces de la tarta sean tus ojos al mirarme. Celebremos la vida y la muerte y sentémonos a ver como arden las Troyas ajenas y como nos reconstruimos entre el humo del incienso y copas de Gintonic. Quedémos con el pasado y sentémonos a cenar con los adyacentes. Respira en el hoja en blanco y pongamos la coma para tomar una pausa de tantos lazos especiales que se enmudencen porque sé qu...
Deseo contar algo que se desenfoca, que se entremezcla entre la realidad y la ficción, que es el reflejo de mis sueños. Como un cristal vacío, con las imágenes de nuestras almas, vamos llenando espacios que emanan de nuestra esencia. Porque ni yo entiendo a veces las palabras, solo el cielo, las montañas que se funden en él, mientras dos pequeñas gotas de rocío contemplan aquello que ha sido puesto a su alrededor. Y a un nivel más mundano, gracias por ser mi editora improvisada, qué paliza la de buscar palabras repetidas y revisar mi Vereda. Y para acabar te robo las palabras: ¡gracias por ser y estar! ¡Feliz Imbolc, hermana! Firea e Imbolc El sendero rodeaba la montaña en espiral, de abajo a arriba, dando vueltas en aquella forma perfecta que debía ser la de la creación. Firea puso cara de chiste cuando me vio aparecer con botines de tacón y vaqueros, y con razón, solo a mí se me ocurría ponerme botas para ir al monte. -Sheila ¿no crees que vas a estar incómoda?-preguntó Firea con ci...
Había soñado con subirse a ese avión tantos años. Cualquier persona de su edad y condición hubiera llenado la maleta de enseres innecesarias. Ropa de verano, deportiva, chaqueta para el frío, secador de pelo, un kilo y medio de maquillaje, zapatos de bonito y de a diario ¿pero adónde íbamos a parar? No, Lucía no se iba a la guerra. Llevaba lo imprescindible. Acarició de nuevo la palabra entre sus labios "imprescindible". Y se estremeció al sentir su corazón en una jaula de oro. Al contener una respiración y mirar por la ventana, fingió que no le importaba el recuerdo que acaba de cruzar su mente. Se le sentó una señora con una bolsa de viaje más grande que el mismo asiento. Entró dando culazos y sonriendo y tras poner subir su maleta, reparó en Lucía. –¡Ay. hija! ¡Qué cansancio por pasar por todos esos controles de seguridad! Lucía miró a la mujer de pelo escarola que llenaba un vestido de verano no muy adecuado para su edad. Pero ¿quién era ella para opinar sobre su ropa...
guapa :)
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