bienvenido Killiam



Bienvenido a la vida, Killian.

Imagino que debe ser algo entretenido ser nuevo en éste mundo y tal. Yo ya llevo un rato ya en ella y el hecho de que nuevas personitas lleguen siempre es una alegría para los que ya estamos. A veces un poco cansados de todo, a veces un poco adultos. Ya sabes, cosas aburridas. He estado mucho tiempo pensando varias cosas. Tú acabas de nacer y aunque no me conoces de nada, tengo que decirte que eres alguien muy especial. Seguro que a éstas alturas ya te han regalado tres mil peluches, ropita que has usado unas semanas apenas y bastantes calcetines. Yo estuve decidiendo qué regalarte a ti y a tu mamá. Me es difícil porque estoy lejos. Con el tiempo uno aprende a querer a la gente en la distancia, a guardar los recuerdos en una caja de de plata y atesorarlos.

El motivo por el que te estoy escribiendo es que no he tenido otra manera de enviarle un regalo a tu mamá ni tampoco a ti. Para que lo entiendas, yo soy escritora. Quizás para ti ahora ésto no significa mucho. Pero cuando yo tenía cierta edad, ya sabes, edad de ir al colegio, de hablar con otros niños y con la profesora, así lo manifesté: de mayor quiero ser escritora. "Quiero ser escritora de cuentos para niños" decía. Y la vida me ha llevado por otros derroteros y ahora mismo estoy buceando por la novela histórica (fantasía histórica para ser exactos). Pero esa es otra historia que pienso contarte algún día, a ti y a mucha gente. Soy escritora y entretejo palabras con los dedos, que se me escapan a veces, como los sueños. Como un reloj de area. Se me escapan ahora que soy mayor. Y como los escritores somos un poco fantasiosos y un poco románticos, no siempre hacemos regalos que se pueden tocar. Hilamos con las palabras cosas mejores. Si cierras los ojos y escuchas (o lees y te lo imaginas a la vez) surte la magia. Si un escritor te dice que bajó la luna a bailar con el sol, estoy segura que te lo creerás. Solo tienes que pensar en la que lió Wells con su "Guerra de los Mundos".

Sin dilatarme más, quiero hablarte de tu mamá. Ella es algo así como una hermana, pero sin la parte en la que te peleas con ella. Los hermanos se pelean mucho. Yo con el mío sin parar, era como un pasatiempo. Pues ella era una de esas hermanas con las que te encuentras en mitad de la vida, sin saber muy bien por qué no la has conocido antes. Con tu madre no me hacía mucha hablar. Recuerdo una vez que celebramos un ritual (no sé si sabes éste secreto, pero tu madre es una maga) en el medio del monte. Nos subimos a un cerro donde antes vivían unos pueblos antiguos y saludamos a los ancestros. Aquella tarde fue mágica y no necesitamos decirnos mucho.

No sé qué tipo de persona serás, pero si fueras solo la mitad de buena persona, creativo, inteligente y divertido que tu madre... la vida te va a ir bien. Pregúntale por Peguni (el unicornio con piercings que nos acompañaba en los viajes al monte con los paganos). Seguro que no se acuerda, porque tiene una memoria de pez. Y eso sin mencionar a tu papá, al que no conozco muy bien, pero si tu madre lo ha elegido tiene que ser una persona genial. De hecho, ahora que lo pienso, hizo una cosa muy bonita. Traer a tu mamá a mi boda desde Valencia hasta Madrid. Yo me fui de Valencia porque me enamoré de mi chica y nuestro niño. Cosas que pasan. No he tenido mucha ocasión de viajar de nuevo, cosas de la vida. Pero tu madre y tu padre se echaron a las espaldas 5 horas de viaje en carretera solo para estar conmigo en un día muy especial. Y eso no se me va a olvidar en la vida. Hay poca gente que deje una huella tan marcada en el alma de alguien.

Aprovecho para pedirte que no le des muchos dolores de cabeza a tu mamá y te portes bien. Ella siempre me ha parecido una cabra y de las locas. No me la imaginaba con una barriguita. Pero ha luchado mucho por tenerte y aunque a veces no he estado mucho a su lado para darle el apoyo que necesitaba la tenía en la mente cada día. Ella se merece un alma como la tuya con la crecer y estoy segura que os vais a enseñar muchas cosas y vais a vivir muchas aventuras. Yo mientras tanto, seguiré contando historias porque es lo que mejor se me da. Para que un día puedas cerrar los ojos y ver esas aventuras. Para que tu mamá las lea cuando te duermas. Y ¿quén sabe? Igual puedes contarme tú las tuyas.

Bienvenido a la vida Killiam.

Para Firea y su hermosa familia.

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