A cuatro manos


Tecleas y tus manos dibujan y recorren mundos. Es como verte respirar mientras duermes. Tecleo y vuelve de nuevo esa corriente eléctrica que me trae de vuelta a lo que siempre quise haber sido. 

Tenemos dos teclados que suenan en la noche, como aquella primera vez donde parecía que hacíamos el amor a cuatro manos. El silencio vuelve a instalarse en el salón mientras las tazas de té se vacían en su infinita danza. Es mejor que cualquier sueño en esta u otras vidas. Dos manos que conocen mis instintos, mis miedos y agarran fuerte cuando el suelo tiembla. A cuatro manos, hemos esrito nuestra vida, la historia de nuestros ancestros, que también está escrita en las estrellas. Los días que vienen, con los que están y los que no están. Respirando al mismo compás, devorándo los caractéres que ahora cuentan los renglones, las líenas y cruzan tramas.

Te miro de lejos y me siento más cerca de ti que nunca. Un suspiro más y habrás puesto una coma. O quién sabe si el punto con el que acabas de atropellar a algún personaje. Quiero parar el mundo y vivir colgada entre líneas. Hoy quiero que tus espacios y los míos coincidan y se rocen, dándonos respiros necasarios. Y volver a contarte de mis sueños y de tu música y tu piano. Unir mi danza a tu melodía y juntar las palmas de las manos.

Tentamos a la surte, el destino y tratamos de teclear tna fuerte que hasta las fuerzas invisibles se enfadan. Pero respiramos y nos contamos y es así como quiero vivir, dejando que ésta tinta corra por nuestras almas. Es por eso, que ya te lo dijo y te lo diré mil veces: escribimos juntas. A custro manos, con dos corazones y un solo latido.

Feliz  cumpleaños, amor.

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