La librería de Alicia



Y sin embargo, el libro no le gustó tanto. Miró de nuevo la portada. acarició las tapas desgastadas. Había esperado tanto para leerlo. Recoraba a la perfección el día en el que le echó el ojo aque libro. Lo tenía en mente desde hacía muchos años. Pero la vida no le había dado la oportunidad de encontrarlo de nuevo. Claro, que lo tuvo en la mente siempre, y hablaba de él a diario. Llegado el punto, el resto de personas que la rodeaban ya sabían que si algún día pasaban por delante una librería tenían que buscarlo para regalárselo.

Sin embargo Alicia tenía muchos libros. Estanterías llenas de libros y pasillos. Había leído todos y cada uno de ellos. La mayoría no eran difíciles de adquirir y otros como pájaros exóticos. A menudo se detenía en el centro de la sala más grande, aquella donde no dejaba entrar a las visitas y miraba todos los libros que había amado. A veces no recordaba por qué uno en concreto le había gustado tanto. 

"Verás." le decía al relado más corto que jamás había leído tomándolo en sus manos."Tú tuviste alma. Me despertaste. ¡Cómo te gustaba tenerme despierta hasta tarde!" Pero cómo se marchó sin volver de nuevo. Y cómo se quedó esperando en la estantería. Ave de inverno: no podía vivir en medio de su desierto. Compartieron las estrellas y el oasis. Bebieron de las mismas fuentes cuando parecía que el agua siempre brotaría. "Una historia corta que no quise volver a leer" dolía ver su portada, las alas de las cuales volaban sueños, palabras, susurros. Lo dejó en la estantería a sabiendas de que no volvería a leerlo.

Alicia se miró en un espejo y dió cuenta de que no podía ser aquel su libro favorito. La portada era atractiva, pero parecía mejor cuando lo compró. Tomó uno de los libros más tristes que nunca había leído. Hay historias que te sacan de tu mundo, que te llevan lejos. Y aquella sí era una novela para volar. Mientras lo hojeaba de nuevo se dió cuenta de que le había encantado pasar sus páginas y abrir su propia alma. Un río con forma de serpiente lo devoraba todo y el Londres que conocía abrió la boca para quitarle todo con sus más de mil dientes. Lo dejó de nuevo en su lugar y avanzó hasta el siguiente estante.

Se recordó leyendo aquella novela de ciencia ficción, aburrida. Alicia sabía que había sido una larga época en la que no encontraba nada interesante en las librerías. El problema es que la trama tenía telas de araña y te atrapaba haciéndote pensar que no existía nada más. Por un tiempo, Alicia llegó a pensar que aquella sería la historia de su vida. Un final azucarado y con tintes insulsos. Y apareció el libro de su vida. Tuvo que dejar todos los demás a medias. Llegó la historia alternativa y el final de mil hojas en blanco.

"Tú" le habló Alicia, sacándolo de la estantería."Tú fuistes y siempre serás mi historia preferida. Aquella que reescribo mil y una veces en mi mente. Tus palabras se han grabado en mi mente, con pluma herida y sabor a tinta." 

Se recordó a sí misma, enfadada con la vida tras encontrar aquel maravilloso ejemplo, tan difícil de comprender a momentos, que hasta decició que ¿por qué tener un solo libro preferido? La vida ofrece muchas posibilidades? Y así aprendió a leer varias cosas al mismo tiempo, eso sí, Alicia tenía problemas para no cruzar los tiempos narrativos y los personajes.


Se quedaron a madias varias historias que no terminarían. Vino algún cuento corto, narratica fresca y ágil. Descrubrió que algunos libros merecen ser leídos una sola vez. Dejar que nos quemen con la intensidad del sol del desierto. Y sí, ahora que tenía aquel que siempre había deseado, que había devorado cada palabra. Se dió cuenta de que aunque podía tener muchos libros en sus estanterías, solo uno sería su preferido. "Algunas historias merecen ser leídas y olvidadas" se dijo, guardando en su lugar honorífico al deseado ejemplar.

Y de nuevo colocó en sus manos el libro que la había acompañado tanto tiempo. Aquella que de verdad la hacía soñar y leería una y otra vez.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Perlas, hojas de té, páginas en blanco...

Feliz partida y feliz reencuentro

Los Folios en Negro